El pasado 26 de noviembre, Carlos Martínez Cava, el abogado provida que se querelló contra el doctor Morín, explicó en Esperanza 2000 el litigio, el cual comenzó en 2006, “cuando la televisión danesa escandaliza a Europa con sus tomas de cámara oculta en las que se acredita que una mujer casi a punto de dar a luz, no encuentra traba alguna –ni le es exigido requisito alguno salvo el pago de una importante cantidad de dinero- en poner fin a la vida que lleva en su seno”. En este sentido, el ponente explicó, no obstante, que ya hubo en este sentido “reportajes en 2004 en The Times y The Sunday Telegraph que reflejan igualmente el escándalo y no pasó nada”.Sin embargo, antes de entrar en los detalles de este proceso judicial a punto de finalizar y que ya cuenta con 15 tomos de 500 páginas cada cual, Martínez Cava quiso situar el proceso en una batalla metapolítica que se está produciendo: “con el aborto, o con el mismo mal llamado derecho a la muerte digna, se está librando una batalla. Una batalla – o si lo preferís-, una confrontación entre dos concepciones jurídicas y filosóficas del mundo. Y en la que una parece estar ya desplazando a la otra.”.
Asimismo, Martínez Cava explicó que esta batalla se está produciendo en el camos de los derechos humanos, ya que éstos “están siendo desnaturalizados en beneficio de un positivismo relativista que los disuelve en función de los intereses del poder del momento. Y donde reina el poder y no la verdad, surge la tiranía y la arbitrariedad”. En este mismo sentido el conferenciante también apuntó que “los derechos humanos han sido la plasmación de cuestiones pre-políticas, de un derecho natural que ha de preceder a los ordenamientos constitucionales para que no volviera a ocurrir un nuevo Auschwitz, pero ahora éstos se están convirtiendo en instrumento para despojar –en muchas ocasiones- a la persona de su dignidad, algo que muestra claramente la reciente votación en el Parlamento de Estrasburgo a favor de la eutanasia, el consumo de drogas y el aborto”.
Por esta razón, en opinión de Martínez Cava el “el aborto es fruto del relativismo, ése cáncer que corroe Occidente”, el cual provoca que incompresiblemente “cada 25 segundos se realice un aborto en Europa cuando en éste cada día se cierran tres escuelas por falta de niños”. No obstante, para el abogado, el aborto, “la mayor causa de muerte en Europa”, también es “la herencia del siglo XX que nos dejaron los sistemas totalitarios”.
Por ello, para Martínez Cava, Occidente debería tomar nota del debate entre Habermas y el entonces cardenal Ratzinger ya que éstos consideraron muy acertadamente que “la política es justa y promueve la libertad cuando sirve a un sistema de verdades y derechos que la razón muestra al hombre”. De este modo, para Martínez Cava, “las democracias deben alejar de sí el pensamiento relativista porque les aproxima a esos totalitarismos que combatieron y defender unas bases fundamentales que deben encontrarse fuera de toda retórica política”, por lo que para el ponente resulta la democracia en España ya que “en el Parlamento de nuestro país –a fecha de hoy- no contamos con un diputado o conjunto de diputados que aboguen por la derogación total, plena y sin complejos de toda legislación abortista”.
Presentado el contexto cultural, Martínez Cava dio pasó a diseccionar el proceso judicial contra el doctor Morín. Para éste, la clave de este litigio estuvo en “la declaración de un testigo (trabajador de las clínicas de Morín) y que, solicitando ser protegido, obtiene tal consideración”. “Este hecho es, en sí mismo, de muy especial relevancia porque era la primera vez en España que, por un delito de aborto se daba el carácter de protegido a un testigo”. De esta manera, “la causa del juicio contra éste ya no es solo por delitos de aborto, sino que se ha ampliado por delitos de falsificación documental, intrusismo y asociación ilícita”.
Para concluir, el ponente quiso concluir con una frase del gran escritor inglés Tolkien, no sin antes lanzar una reflexión a la audiencia que le escuchaba: “la defensa de la vida ha de tener cubiertos todos los frentes: el legal, procesal, cívico y el político. Preguntémonos si hoy, en España, esos frentes están cubiertos. Preguntémonos cuanto queda todavía por hacer. Y, preguntémonos a qué estamos dispuestos a renunciar de nuestro tiempo, de nuestras vidas personales, de nuestro patrimonio, incluso, para que de esas dos concepciones enfrentadas de las que hablaba al principio, sea la de la Vida la que triunfe”. Como escribíamos, el ponente finalizó la conferencia con una maravillosa frase de Gandalf: “Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida ¿Puedes darles la vida? Entonces no te apresures a la hora de dispensar muerte o juicio, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos”.
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